Ya sabes.
He permanecido
/ despierta/.
Como un apóstol en
su última cena.
Bebiendo de tu cáliz
hasta el amanecer
/despierta/.
Amando los rincones
y el vértigo de tus costados,
/ en
vigilia /.
Contemplando tu pecho oscilante
como una barca en
el mar de las sábanas.
Sonriendo.
Encontrándote,
/una y mil veces/,
allí, donde los
pájaros rompen el cielo.
Ya sabes.
Aquí estoy,
/consumiéndome cuando te insinúas/
como la primera vez
que te vi
/desde tus coordenadas secretas a la Luna/
Y yo, a – Marte
en un tiempo que se viste de flores.
/Sin prisas/.