Yo te buscaba allí
/con mis pies descalzos
como la vida/
en la humedad de las arenas,
/a la orilla del
mundo/,
en la luminosidad de las rocas.
Te anhelaba
en la música blanca de las nubes,
cuando el secreto
se escondía
en la aridez de mis ojos
/que des-fallecían
en la espera/ .
Me despierta de esta ensoñación
un vaivén de ideas
/como pájaros/
Y es cuando mis letras
/salen al
fin de esta prisión /.
Se agitan al viento en las cuerdas de
violines.
Y escuchas.
Y vienes.
Profundo azul el abrazo,
Y la delicadeza de tu beso abriendo el
atardecer.