No
dejaré que en mis labios muera,
como
secreto pecado,
la
calidez de tu nombre.
Será
testigo Buenos Aires
de
este osado amor
que
gritaré por sus calles,
libre,
y
el eco del cemento espantará
a
los cobardes con
voces
insensatas.
Corazones
de mármol ríen
mientras
la hipocresía
sentencia
nuestros rostros en los muros.
Pero
nada importa.
En
mi corazón hasta hoy desierto
habitas.
Aquí
, en lo blanco del alma
prendida
como un “no me olvides”
estás…
Com o pensamento livre,
ResponderEliminartranspõe as portas do desejo,
as barreiras do isolamento,
as trancas da solidão.
E na noite mansa e suave
acendem-se todas estrelas...
Belissimo!
Beijos,
A.S.
graciassssssss por comentar y quedarte en mis letras que en realidad quieren mostrar la discriminacion que sufren muchas personas... abrazo grande y cariños!!!
EliminarEstás encendida, Eli. Cada verso resuena el propósito del poema más que escrito... declamado.
ResponderEliminarAbrazos y más abrazos.
gracias Carlos por llegarte con tu comentario a "Demonios"...siempre eres bienvenido!!! Otro abrazo!!!
EliminarMe encanta ese prendido del alma, que sumaria en tus versos, el amor que transgrede barreras, para ser. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarde eso se trata Carlos Augusto de no siempre aceptar lo impuesto y de transgredir cuando de amor se habla.. de defender ese derecho Cariños y mil gracias por estar aqui!!!
EliminarIntensas pinceladas Eli.
ResponderEliminarGracias por compartirlas.
Un abrazo
muchas gracias por la visita!!!! abrazooooo
Eliminar¡Bello es no decir nada!
ResponderEliminarY reconozco la agradable sorpresa de topar con esta libertad y dulzura para decirlo todo.
Abrazo Eli.
muchas gracias por poetizar el comentario jajajajjaja Quede impresionada ( en verdad) Un abrazo!!!
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