Envuélveme en
un abrazo
que deshaga
las cenizas de los templos.
Déjame agonizar
en el celeste –azul de la tarde,
Y en la humedad
que desvestimos
Abrázame
Sofócame al
oído.
Que la
tierra destile el rojo del crepúsculo
sobre
nosotros
y la risa
de los ángeles
cierre las
puertas de la muerte.
Te felicito por tan bello blog,
ResponderEliminarmas las fotografiás que acompañan
la delicada sensualidad de tu poema.
Besitos dulces
Siby
muchas gracias por visitarme en esta otra casa, me siento muy agradecida... un abrazo y que tengas un esplendido fin de semana
EliminarMe gusta también esta propuesta poética: exorcizar para purificar, también las sombras iluminan... Te sigo de ahora en más, Eli.
ResponderEliminarAbrazo grande.
seas muy bienvenido a una de mis casas... infierno y cielo al mismo tiempo...gracias por estar aqui, un cálido abrazo Carlos
EliminarElegante descripción de un calentón próximo al ocaso. Un poema precioso!
ResponderEliminarUn beso
muchas gracias por el comentario y tu presencia en una de mis casas ...eres bienvenido Gumer Paz de todo corazón
EliminarEl amor tiene que ser como el verso final, una victoria sobre la muerte, porque entonces a qué amar.Un abrazo. Carlos
ResponderEliminaryo creo absolutamente en ese amor!!! por eso le escribo!!! muchas gracias por pasarte por mi espacio..Cariños!
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