Cuando el alma siente la caída
del devenir material,
apareces en mi fe dormida
con destello celestial…
Reina divina de la esperanza!
Mi corazón te busca,
en esta vida de tanta mudanza
que el alma estanca…
Y al mirar al cielo te veo…
tu manto cual terciopelo
acariciando con desvelo
los dolores que son nuestros
Y toda tu mirada puede
sanar aquello que duele...
Y solo tus manos curan
las heridas de esta vida.
Oh dulce virgen María
que con tu inmenso amor enseñaste
a sobrellevar las cargas
con valentía y coraje….
como solo una MADRE puede
en medio de tanto dolor
seguir siendo para otros
fuente de inagotable amor.
Hoy siento en el pecho el aire
renovado de tu alma
que con celestial calma
me seduce la mirada
Para que seamos nobles..para que seamos sinceros…
Para que fuera de nosotros mismos
Amemos al mundo entero…
Oh virgen Maria bendita...
Que más yo podría alcanzar…
Que tu divino amor….
Gracia sin par.!!!